Se trata de una iniciativa que aúna diseño de moda y alta gastronomía en la que las creaciones de diez modistos españoles, entre los que se cuentan Amaya Arzuaga, Purificación García o Carlos Díez, sirven de inspiración a diez cocineros para concebir platos en una gala que relaciona dos profesiones muy cercanas al arte. Por supuesto todo esto destinado a paladares empapelados con billetes de 500.
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